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Bendiciones para el pueblo de Dios

17 «Entonces sabréis que yo, el Señor vuestro Dios,
    habito en Sión, mi monte santo.
Santa será Jerusalén,
    y nunca más la invadirán los extranjeros.

18 »En aquel día las montañas destilarán vino dulce,
    y de las colinas fluirá leche;
    correrá el agua por los arroyos de Judá.
De la casa del Señor brotará una fuente
    que regará el valle de las Acacias.
19 Pero Egipto quedará desolado,
    y Edom convertido en desierto,
por la violencia cometida contra el pueblo de Judá,
    en cuya tierra derramaron sangre inocente.

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